Kigo: Rana (蛙, かえる, kaeru)

Rana (蛙, かえる, kaeru) es un término general para los animales clasificados en el orden Anura de los anfibios. La mayoría habita en áreas cercanas al agua o en zonas pantanosas en varias regiones de Japón, aunque algunas viven en los árboles o bajo tierra. Su tamaño varía desde alrededor de un centímetro hasta más de veinte. La cabeza tiene forma triangular, con ojos grandes y saltones que indican una visión bien desarrollada. El cuerpo, que tiene cuatro extremidades, es redondeado y carece de cola. Las patas traseras están especialmente desarrolladas, permitiéndoles saltar para escapar de los depredadores o atrapar insectos. Muchas especies que viven en los árboles, como la rana arbórea verde y la rana arborícola japonesa, tienen ventosas bien desarrolladas en las puntas de sus dedos. La mayoría de las ranas son carnívoras y se alimentan de insectos, entre otros. Comenzamos a escucharlas con la llegada de la primavera, cuando suben las temperaturas y comienzan las lluvias. Empiezan a croar intensamente cuando las tierras se inundan, en busca de pareja. Cantan tanto de día como de noche, evocando una sensación de serenidad.

Os compartimos dos nuevas traducciones:

枝蛙鳥のごと鳴く若葉かな 鈴木花蓑

Rana en la rama—
canta como un pájaro
entre hojas nuevas.

Hanamino Suzuki

Como si posarse en las ramas la elevase a pájaro, nuestro poeta compara la rana que canta con cualquiera de las aves que se posan sobre ramas en su entorno. Un canto que llega desde el cielo, desde una rana que contempla el mundo desde las alturas. Entre hojas nuevas, con el comienzo de la primavera, la rana entona su canto.

八つ橋や田ばかりありて啼蛙 森川許六

Puente de tablones.
Solo campos de arroz
y el canto de las ranas.

Kyoroku Morikawa

Estos puentes no son más que tablones colocados a muy poca altura, la suficiente para no pisar sobre mojado. Esto los convierte en unos puentes casi invisibles que apenas alteran el paisaje. Así, nuestro poeta se maravilla ante la imagen de los campos de arroz en primavera y por el canto de las ranas. Sobre uno de los tablones, solo eso es lo que merece la pena destacar: un entorno rural creado por el ser humano y la sintonía con la naturaleza representada en el canto de las ranas.

Haikus de nuestro grupo creativo

Lluvia suave,
esa rana junto al loto
también es buda.
-Alfonso Portillo

La lluvia suave sobre el estanque nos lleva a fijar la atención en la rana posada sobre la hoja del loto, junto a la flor. Una imagen que atrapa por el contraste de color y por la calma que transmite el anfibio que, como un buda, permanece quieto, sintiendo la lluvia sobre su piel, transmitiendo una sensación de calma y atención plena.

A la luz del día
las ranas una a una
por el camino.
-Ani Salna-

Tras una noche de lluvia intensa, es frecuente encontrar a las ranas moviéndose por los alrededores de ríos y estanques. Y si además la zona por la que transita nuestra poeta es una región húmeda, no se hace extraño que sus paseos por ese camino, se vean acompañados por ranas que se aventuren a cruzarlo.

Coro de ranas
en la calma del río,
como en casa
Maria Garrido

La calma del río nos transmite un silencio que solo es interrumpido por el canto de las ranas. La poeta, conmovida por ese sonido repetitivo, no puede evitar sentir nostalgia del hogar. Un ejemplo de cómo los pequeños detalles del entorno, y los sonidos de la naturaleza, pueden llevar nuestra mente al pasado, a esos lugares que siguen siendo lo que fueron pero a los que nunca podremos regresar.

Desde lo profundo
de la vieja alacena,
canta la rana.
Santiago Kō Ryū Luayza-

¿Cómo habrá llegado allí? ¿En qué momento el anfibio se ha colado en la vieja alacena? Como un ente invisible, desde la oscuridad del lugar (representada por lo profundo) nos alcanza el canto de la rana. En un lugar viejo, antiguo, la primavera llega cada año y con ella, este canto que hoy nos hace conscientes del paso del tiempo.

春祭り下駄に踏まるる蛙かな。
Festival de la primavera—
¡alguien pisó una rana
con sus sandalias!
Francisco Barrios

Al igual que cualquier ser diminuto que viaje a la par de nuestras sombras, es frecuente encontrarlos aplastados bajo una multitud. Ya sea por despiste o por una fortuita casualidad. En el festival de primavera, en un ambiente de celebración, el poeta nos muestra otra realidad triste. Un haiku que, aunque pueda resultar desagradable, atrapa con claridad plena y precisa la realidad de nuestro mundo.


Además de estos haikus comentados, también queríamos destacar:

Silencio roto.
Chapotea en el agua
la rana verde.
Catalina Buadas

Fría cellisca,
ora acá, ora allá,
canta la rana.
Samuel Cruz

Noche sin ranas
El silencio tan alto
sin sus cantares
-George Goldberg-

Mientras paseo,
el salto de la rana
agita el agua.
María Ontenient

Brisa de marzo
en la hoja de loto
duerme una rana
Oscar Cuevas Benito

cruzando el puente,
los pasos de los niños
acallan ranas
Consuelo Orias


Recuerda que en la sección de primavera de nuestro kiyose, puedes descubrir muchos más términos kigo que pueden servir de inspiración para tus haikus:

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