Kigo: Cerezo nocturno (夜桜, よざくら, yozakura)

Cerezo nocturno (夜桜, よざくら, yozakura) es un kigo de primavera que muestra la belleza de los cerezos iluminados por faroles, linternas o fogatas. En la actualidad, este término hace referencia a esa imagen casi de otro mundo que ofrecen los cerezos cuando son iluminados por pequeños focos que resaltan su belleza en los parques o en proximidades a lugares históricos importantes. El contraste de la noche con la cálida luz reflejada en el tono rosáceo de sus flores, crea una imagen muy difícil de ignorar y que ha sido protagonista de una infinidad de haikus.

Para el reto de hoy, me he atrevido a traducir un haiku de Hekigotō, siendo consciente de su particular uso de la métrica en sus haikus.

弟よ日給のおあしはお前のものであつて夜桜 – 河東碧梧桐

Pequeño hermano
es tuyo
el dinero del jornal.
Cerezos en la noche…
Kawahigashi Hekigotō

Así, en su haiku, cuando tras una dura jornada de trabajo vuelve a casa con tu hermano pequeño, las circunstancias mueven a nuestro poeta a darle todo el dinero del jornal. ¿Quién sabe si por necesidad extrema o porque es la primera vez que trabaja? Aun con esa duda que puede provocarnos cierta tristeza o evocar ternura, el color de los cerezos en la noche atrapa nuestra atención y nos hace olvidar todo lo demás en el camino de regreso a casa.

夜桜や大雪洞の空うつり – 正岡子規

Cerezos en la noche…
Y el cielo reflejado
en el gran farol.
Masaoka Shiki


Ya sea porque el farol sea transparente y el cielo pueda verse a través de él, o porque el brillo de esa fuente de luz sea lo suficientemente intenso como para despertar en el cerezo los colores bajo el cielo del día… En este haiku, el poeta nos muestra una imagen luminosa de los cerezos en la noche y la oscuridad del cielo nocturno que queda atrapada en la superficie el farol.

Cherry blossom rows along the Meguro river in Tokyo, Japan

Haikus de nuestro grupo creativo

Cerezo nocturno.
En sus pétalos roza
la luz del alba.
-Nidia Bethesda

Lo que hace particular a este haiku, más allá de la nítida imagen de la luz del alba que comienza a posarse sobre las flores de cerezo, reemplazando a la luz artificial, es la sutileza que esconde la palabra «rozar». Si lo leyese en voz alta, por mis particularidades dialécticas, leería el segundo verso como «En sus pétalos rosa» (que, la casualidad, era el verso original antes de que la autora lo revisara). De esta forma, el haiku ya nos dirige hace un tipo de cerezo concreto, de pétalos lo suficientemente rosas como para que destaquen entre la luz del farol y la luz del amanecer. Y esto es lo mágico del lenguaje, un simple matiz de pronunciación o una única letra en el poema, convierte totalmente el haiku. Uno, fija su atención en el color de la flor, y el otro nos lleva a prestar atención al cambio de luz.

夜桜や借り舟並ぶ列尽きず。
Cerezo nocturno—
una fila interminable
de botes rentados.
Francisco Barrios-

Cada vez es más frecuente monetizar cualquier espacio natural para sacar beneficio a costa de visitantes y turistas a sitios emblemáticos o que encierran una destacaba belleza. En el caso del haiku que nos comparte el autor, la atención viaja al cerezo nocturno por el brillo que reflejan sus pétalos en contraste con la oscuridad que atrapan sus ramas. Más allá de su color, una fila infinita de botes alquilados que esperan para navegar lentos por el estanque. Un estanque en el que los patos acaban siendo reemplazados por barquitas de plástico (en ocasiones con forma de cisne) para disimular nuestro impacto en la naturaleza.

Alba,
cae el último pétalo
del cerezo nocturno.
-Samuel Cruz

Con la llegada del amanecer, el cerezo siguen manteniendo su esencia pero el concepto cambia. Con la primera luz, ese cerezo iluminado por las lámparas en la oscuridad estaba dotado de cierta mística; pero con la llegada de la luz del sol, vuelve a ser un simple cerezo y, a pesar de que sus pétalos puedan seguir cayendo, atrás quedó el instante en el que cayó el último pétalo de la noche.

Cerezos nocturnos,
nada ni nadie alrededor,
ulula el búho.
Tomás Mielke-

Más allá del brillo conmovedor del cerezo en la noche, la quietud del entorno es un elemento que añade magia a la escena. Sin nada ni nadie que altere la imagen que atrapa el poeta, el ulular de un búho es lo único que se percibe más allá del cerezo en la noche. ¿Se sentirá el poeta como parte de esa nada que llena la escena?

Tantas estrellas
Los cerezos nocturnos
también brillan
George Goldberg

A pesar del brillo de las incontables estrellas del cielo de la noche, el poeta se siente conmovido por la imagen de esos cerezos que brillan ante él. Ya no solo protagoniza la noche el cielo con su brillo, sino que la luz sobre los pétalos del cerezo crea una suerte de firmamento en la tierra.


Además de estos haikus comentados, también queríamos destacar:

El tiempo pasa.
Cerezos en la noche
de luna llena
-Myami Mong-

Paseo en barco.
Los cerezos nocturnos
bajo la luna.
Pilar Roselló

Cerezo nocturno
En la rama sin brotes
anida un colirrojo
-Idalberto Tamayo-

Cerezos nocturnos.
Bajo el farol el revuelo
de las polillas.
-Santiago Kō Ryū Luayza-

Llega la Luna
y tras un largo paseo,
cerezo nocturno.
Pedro González González


Recuerda que en la sección de primavera de nuestro kiyose, puedes descubrir muchos más términos kigo que pueden servir de inspiración para tus haikus:

Recibe cada nueva publicación
en tu buzón:

La senda del haiku es un proyecto autofinanciado que busca difundir el arte del haiku de forma gratuita y con un propósito benéfico. Todo el contenido, los eventos y las colaboraciones son posibles gracias a la pasión y al esfuerzo personal.

Para seguir ofreciendo una plataforma de calidad y expandir nuestras iniciativas solidarias, necesitamos tu colaboración.
Cada contribución, por pequeña que sea, nos acerca a nuestro objetivo.
Tu apoyo nos permite mantener el sitio, crear nuevo contenido y asegurar que este espacio siga siendo un faro de creatividad y solidaridad para todos.

Conviértete en mecenas y ayúdanos a seguir creciendo.

También, puedes suscribirte en Facebook:

Suscríbete en nuestra página de Facebook por 0,99€ al mes:



Deja un comentario