Con la llegada de la brisa fresca del otoño que deja atrás al sofocante calor del verano, el cielo se vuelve más quito y despejado, dando lugar a imágenes celestes espectaculares que, cómo no, tienen por protagonista a la luna llena.
La primera luna del otoño, la Luna de la Cosecha, tiene una importancia muy especial, no solo para la sociedad japonesa, sino para la tradición artística y literaria. Esta luna, lejos del bullicio de los festivales y de la sensación pegajosa de las noches de verano, invita a la contemplación consciente de su brillo, de su forma, y de todo cuanto acontece bajo ella.
Esta contemplación de la luna recibe el nombre de Tsukimi (月見); un momento que invita a la pausa y a la contemplación, a la consciencia de la belleza de aquello que nos rodea y que se impregna con su luz. No es solo un acontecimiento celeste más, este día nos encontramos ante un evento que aúna tradición, ritos, leyendas, historia e infinidad de creaciones literarias.



Obra de Toyohara Chikanobu titulada «Luna llena de otoño – Fiesta del Tsukimi»
Orígenes e historia
El origen del Tsukimi se remonta a la China de la dinastía Tang (618-907 d.C.). Sin embargo, fue en Japón donde esta contemplación de la luna adquirió un matiz único, más poético, evolucionando de un pasatiempo de aristócratas a un evento popular ampliamente extendido.
Durante el período Heian (794-1185), una época de gran florecimiento cultural, el Tsukimi era un pasatiempo de la corte imperial y de la aristocracia, quienes organizaban elegantes veladas para contemplar la luna. En ella, se componía, se disfrutaba de música y de una admiración que iba más allá del simple hecho de mirar el astro nocturno.
No solo era la luna en el cielo, sino que su simple reflejo en el agua y otras superficies también era digno de presenciar; por lo que algunas personas también organizaban eventos en ríos y lagos con el objetivo de ver la luna reflejada en las superficies, creando una constelación de réplicas bajo sus embarcaciones.

Tras el período de guerras, durante la era Edo (1600-1868), esta celebración se extendió más allá de los muros de palacio para echar raíces como celebración del pueblo. Y en ese proceso, la celebración original acabó fusionándose con rituales sintoístas y celebraciones del folclore popular que agradecían por la cosecha de otoño (en concreto por el arroz). Así, se combinó la contemplación original de la aristocracia con la gratitud del pueblo.
Las noches de contemplación
La luna de otoño, aquella que se mira durante el Tsukimi, tiene lugar el día 15 del octavo mes lunar; momento en el que nos encontramos ante la más brillante del año. En tema de haiku, términos estacionales como meigetsu (名月), que se puede traducir como luna brillante, luna de la cosecha, plenilunio de otoño… es un términos que aparece en innumerables versos a lo largo de toda la historia literaria japonesa.
La contemplación de la luna y el vínculo que se crea entre protagonistas y el astro lo podemos encontrar en historias como El cuento del Cortador de Bambú y el Genji Monogatari.



Obra de Utagawa Kunisada titulada «Príncipe Genji y la Canción de Otoño»
Pero en otoño, estación perfecta para observarla, hay dos noches especiales para ello.
La principal, coincidiendo con la Luna de la Cosecha, es la Jūgoya (十五夜). Mientras que la segunda luna llena de otoño se vincula a la Jūsanya (十三夜) donde se puede observar la luna llena que viene después de la gran luna. Ambas noches tienen un vínculo muy especial, ya que tras la primera luna, todo el proceso de las fases hasta la contemplación de la siguiente luna brillante se convierte en algo especial que está ligado a la suerte y la fortuna.
¿Qué ofrendas se realizan a la Diosa de la Luna?
En el lugar en el que se contempla, se suelen colocar algunos tallos de susuki (薄), una de las siete hierbas de otoño, debido a que sus espigas son similares a las plantas de arroz cargadas de grano y porque su tallo afilado tiene el poder de alejar a los malos espíritus.
La comida también está presente. El tsukimi dango son unas bolitas hechas con harina de arroz de un color blanco puro y sabor dulce. Su forma y color simbolizan la belleza de la misma luna y se cree que comerlos después de haberlos ofrecido a la luna trae salud y felicidad durante el próximo año.

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La presentación de este pastelito es realmente interesante. Tradicionalmente se apilan en forma de pirámide sobre un soporte llamado sanpō. La cantidad de dango que se pone en esa plataforma varía en función del significado que se le quiera dar: quince para representar la decimoquinta noche del octavo mes lunar o doce, uno por cada mes del año.
En algunas regiones, como la de Kansai, es frecuente encontrar estos dulces con forma similar a la de una gota y cubiertos de una fina capa de anko (pasta de judías rojas). Aunque, en un intento por modernizar y hacer más llamativo el dango, también podemos encontrarlos de múltiples formas y colores, siendo la más característica la de forma de conejo en referencia a la leyenda de esta festividad.
La comida de este día no solo se centra en platos dulces, sino que también podemos encontrar cuencos de fideos con caldos calientes con huevo escalfado o huevo crudo (tsukimi soba y tsukimi udon). Es la yema del huevo, redonda y brillante, sobre el caldo, lo que simboliza la luna.

https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2810829
Otros alimentos que podemos encontrar y disfrutar en este día son las castañas, el edamame, calabazas y batatas… todos son productos del otoño que sirven como medio de agradecimiento.
Tsukimi en la actualidad
Las festividades evolucionan y van adquiriendo elementos o matices de otras celebraciones, países o culturas. Pasó en el origen de esta festividad y sigue pasando a día de hoy.
Con la conexión global del planeta gracias a las redes sociales, es frecuente encontrar adaptaciones de platos típicos de la celebración con el objetivo de volverlos llamativos, interesantes e, incluso, más comerciales. De ahí que se puedan encontrar dangos con distintos sabores, colores o formas. Algunas cadenas de comida rápida, como determinadas hamburgueserías, también se han sumado a estas fiestas, creando productos exclusivos para el día de la luna.
La literatura, y en concreto el haiku, son medios que tenemos al alcance de todos para atrapar un momento único de esta festividad. Así, la luna es algo que nos unirá a todos y todas las poetas a lo largo del tiempo: su luz, sus sombras y todo lo que inspira.
La luna de otoño en el haiku
Dada su brevedad, el haiku encuentra en términos kigo los elementos perfectos para atrapar la belleza de la luna y las emociones que ésta provoca en quienes le escriben.
Como uno de los términos principales para referirnos a esta noche luna tenemos 名月 (めいげつ, Meigetsu) cuya traducción literal sería algo así como «la luna famosa» como referencia a «esa luna», la primera luna de otoño. Pero dado su brillo único podemos encontrar traducciones como «luna brillante», «luna de otoño», «plenilunio de otoño», «luna radiante»…
Otros términos kigo relacionados, o términos kigo secundarios son:
- 満月 (Mangetsu): Luna llena.
- 望月 (Mochizuki): Luna llena, luna de la decimoquinta noche.
- 望の月 (Mochi no tsuki): La luna de la decimoquinta noche.
- 今日の月 (Kyō no tsuki): La luna de hoy.
- 月今宵 (Tsuki koyoi): La luna de esta noche.
- 今宵の月 (Koyoi no tsuki): La luna de esta noche.
- 三五の月 (Sango no tsuki): La luna del tres-cinco (se refiere a la noche 15).
- 十五夜 (Jūgoya): La decimoquinta noche.
Algunos haikus que utilizan este kigo
名月をとつてくれろと泣く子かな – 小林一茶
Llora el niño
pidiendo que le bajen
la luna de otoño.
Kobayashi Issa
名月や池をめぐりて夜もすがら – 松尾芭蕉
Luna radiante —
Dando vueltas al estanque
toda la noche.
Matsuo Bashō
名月や畳の上に松の影 – 宝井其角
Luna brillante.
Sobre el tatami
la sombra del pino.
Takarai Kikaku
名月に帰りて咄す事はなし – 加贺千代女
regreso a casa
bajo la luna brillante
sin nada de qué hablar.
Chiyo
明月や無筆なれども酒は呑む – 夏目漱石
Luna brillante…
sin habilidad para escribir,
bebo sake.
Natsume Sōseki
名月や角田川原に吾一人 – 正岡子規
Luna de otoño.
En la ribera del río Sumida
tan solo yo.
Masaoka Shiki
¿Y si la noche del Tsukimi no muestra su luna?
La sensación es similar a cuando en los matsuri se suspenden los fuegos artificiales por las lluvias, se queda un sensación de vacío, una noche incompleta. Esto en haiku también tiene su término kigo, 無月 (むげつ, Mugetsu) que se traduciría como «noche sin lunar». Y aunque se pueda pensar que puede referirse a una noche de otoño cualquier en la que no sea vea la luna, la fuerza de este kigo reside en la ausencia de la famosa luna del Tsukimi.
Algunos ejemplos de haikus que utilizan este kigo son:
五六疋牛ひきつるる無月かな – 村上鬼城
Lleva consigo
a cinco o seis bueyes.
Noche sin luna…
Murakami Kijo
山濤や無月の空の底明り – 志田素琴
Fuerte viento de montaña.
En lo profundo del cielo sin luna
un resplandor.
Sokin Shida
藻を刈つて淋しき沼の無月かな – 村上鬼城
Cortando algas
en el solitario pantano.
Noche sin luna.
Murakami Kijo
Espero que disfrutes de una noche especial bajo la plácida luz de la luna llena.
Una ocasión tan especial no puede pasar desapercibida…
Por eso, nuestros colaboradores y colaboradoras de nuestro Círculo de haiku han enviado algunos versos inspirados en la luna de esta noche. Aquí solo podrás leer una pequeña selección, pero esperamos que puedan servir para que sientas la emoción que este evento de otoño nos despierta.
Luna radiante
en un trozo de seda
brilla su imagen
Jorgelina Hazebrouck
¡Aquí está de nuevo!
El año pasó rápido…
Luna de otoño.
Luly Lu
Sobre el alféizar
se posa blanquecina
Luna de otoño
Luly Lu
Luna de otoño.
En plena madrugada
un perro ladra.
Javier Mahedero
名月も我も帰る道。
Luna de otoño:
hagamos juntos
el camino a casa.
Francisco Barrios
Luna de otoño
entre las ramas secas
de los cerezos
Eva Otero
Luna radiante
alumbrando el sufrimiento
de un vagabundo
Eva Otero
Luna brillante.
Un dango solamente
sobre la mesa.
Javier Mahedero
Luna de otoño,
el agua del estanque
mece la luz
Eva Otero
Luna radiante
hasta el agua del pozo
se vuelve clara
Oscar Cuevas Benito
名月やだんご落とした子のなみだ。
Luna de otoño—
por un dulce caído,
llanto infantil.
Francisco Barrios
Brillo velado
entre estratos y cirros
luna de otoño.
Gabriela Morales
Luna de otoño,
su trémulo reflejo
ilumina el río.
Gabriela Morales
Luna de otoño.
Unos novios se besan
en la pradera
Florita Morgado Terrón
名月に踏む犬のフン僕にかえる。
Luna de otoño—
pisar caca de perro
y volver en sí.
Francisco Barrios
Luna de otoño,
una lágrima en mi mejilla,
no se si la volveré a ver
Enrique Aledo Kemmerer
Sobre el viejo techo
de la casa del vecino
la luna de otoño.
Tomás Mielke
Sirviendo sake
observo
la luna radiante.
Tomás Mielke
Noche tranquila
Y en lo alto de la loma
brilla la luna
Sari Navarro
Luna de otoño.
Sobre el trigal se elevan
cantos y bruma.
Santiago Kō Ryū Luayza
Luna de otoño.
Alguien comió el arroz
de las ofrendas.
Santiago Kō Ryū Luayza
Luna de otoño
Tras los cables del tren
tiembla un instante
Sara Elena Mendoza Ortega
Luna de otoño
Sobre la torre vieja
pasa un murciélago
Sara Elena Mendoza Ortega
Luna de otoño
se posa en los castaños.
Lluvia de hojas.
Pilar Roselló
Luna en otoño.
Única luz perceptible
en la ciudad
Lázaro Diaz
Calor intenso.
Busco entre las persianas
la luna otoñal.
Lázaro Diaz
Sopla la brisa
un nubarrón cargado —
luna radiante
Samuel Cruz
Luna de otoño,
de tres en tres los mirlos
remontan vuelo.
Samuel Cruz
Luna de Otoño,
fragmentos en el agua
entre guijarros
Josep Yvyrapohára
Una silueta
surge en el horizonte
Luna de otoño
María De Lourdes Rocha Jiménez
Luna de otoño,
una sombra se alarga
a mi espalda.
Alfonso Portillo
Luna brillante
sin dioses en el lago,
sólo los lotos.
Alfonso Portillo
Luna de otoño,
más allá de la pinada
olas sobre rocas.
Alfonso Portillo
Luna de otoño,
las castañas brillan
en el erizo.
Justy Quiroga Muñoz
Luna de otoño.
Bajo el Buda del templo
las velas blancas.
Agustin Alberto Subirats
Por la ventana
los ojos del gato negro.
Luna de otoño.
Agustin Alberto Subirats
Luna de otoño.
El canto de las cigarras
en el pinar.
Agustin Alberto Subirats
Una hoja cae en el agua;
Se estremece la imagen
De la luna.
Lucas Casto
Cada hoja que cae
se la lleva la corriente
Luna de otoño
Idalberto Tamayo
Se inclina el chopo
sobre el cauce del río
Luna brillante
Idalberto Tamayo
Luna de otoño
dos sombras que se unen
con la brisa
Idalberto Tamayo
La hice añicos
Al pisar un charco
Luna de otoño
Rosa López
¡Feliz otoño!
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